El éxito o el fracaso de una entidad radica en que esta sepa responder a las necesidades y expectativas de su entorno, de ahí que en la Cláusula 4 del Anexo SL se contemple que la organización ha de determinar cuáles son las partes interesadas en su actividad y cuáles son sus requisitos, dado que ambas cuestiones son factores clave del Sistema de Gestión de la Calidad, a fin de proporcionar productos y servicios que satisfagan el cumplimiento de las expectativas.
En cualquier caso, definir cuáles son las partes interesadas no se limitará a hablar de clientes o del personal de la empresa o entidad en la que se prevé implantar un Sistema de Gestión de la Calidad conforme a la ISO 9001 2015. Se tendrá en cuenta también a los accionistas, a los proveedores, a los competidores e incluso al marco social en el que desarrolla su actividad o en el que esta tiene influencia. Resulta especialmente importante, por ejemplo, cuidar aspectos como el respeto al medio ambiente o el impacto de la actividad desarrollada, dado que no hacerlo podría dañar seriamente la imagen corporativa de una organización.